Esparta, la potencia hegemonica de Grecia
Tenía un gobierno ejecutivo, el cual era asumido por herencia (padre a hijo). Durante su reinado ejercían el poder militar, religioso y judicial; en este momento uno de los monarcas era nombrado “jefe supremo de las fuerzas armadas” y el otro se encargaba de los asuntos internos (gobierno dual).
Por otro lado, cumplen la función de sacerdotes y precedían los actos públicos. Ellos también compartían el poder con “La Gercusia” que se encargaban de debatir las propuestas en las asambleas. Para conformar el poder legislativo, precedían a elegir a cinco hombres que pasarían a ser “los éforos” que estaban obligados a vigilar al rey y las leyes que este imponía. Así mismo este equipo de hombres, defendían al monarca siempre cuando este cumpla su rol. La asamblea (conformada por hombres mayores a 30 años) era un órgano democrático del gobierno, de la cual los ciudadanos encargaban de escuchar las propuestas y votarlas.
Al ser un estado guerrero, el gobierno espartano se encargaba de la educación de sus habitantes. Desde que los niños son pequeños se les enseña a dar la vida por Esparta y a las mujeres se les enseña a parir guerreros. Tanto los niños como las niñas tenían escuelas especiales en donde aprendían a: las niñas a ser fuertes, a comer sanamente y ser inteligentes para traer a un mundo a un varón fuerte y que cumpla con los requisitos del Estado. Por otro lado, los niños eran separados de su familia a los siete años, para recibir entrenamiento militar en donde les enseñaban a: no tener miedo a la oscuridad, no sentir dolor o sensibilidad, a robar para conseguir alimento, entre otras cosas. Cuando los jóvenes masculinos eran entrenados, ellos tenían un profesor particular para cada uno, con los cuales mantenían relaciones homosexuales
Durante esta época, el matrimonio solo era consensuado con el fin de procrear. Las mujeres se cansaban a los dieciocho años y los hombres entre los veinte a los treinta años. Al miembro de la población que no deseaba casarse, el gobierno le entrega un incentivo económico, ya que la población masculina disminuía por las constantes guerras. Por otro lado, Esparta era un estado xenófobo, por eso estaban prohibidos los matrimonio con extranjeros.
Por último al ser una sociedad patriarcal, cuando un niño nacía el Estado le brindaba una porción de tierra a cambio de que cuando este creciera, lograra igualar a la economía. La posición social de este guerrero dependía de la porción de tierra otorgada.
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